martes, 23 de febrero de 2010

de Emanulfo a Roduel

No dudo.
La iluminación es la certeza absoluta.
El amor siempre está.
Soy un niño en el corazón del Padre.
Soy un niño en el corazón de Madre.
Y Padre y Madre soy yo.

No dudo, dejo que mis partes hablen.
También soy un ángel oscuro.

No dudo.
Soy la luz de mi camino.
No hay otra luz que no sea la mía,
aún de mi terquedad y mis delirios.

Nunca estoy solo.
Soy un ermitaño feliz.
Soy un amante solitario
que no deja de bailar.
A veces no te amo
pero siempre te amo.
A veces me destruyes.
En esos momentos es
cuando más me amas.

No dudo.
Juego.
No pienso, no viajo.
Dejo que mis partes hablen.
Soy el ángel oscuro
que echa raíces
en el magma creativo.
Y los días,
solo o con alguien,
son ya y siempre,
eternamente,
la melodía del niño
que se columpia
de dios a dios.

Y mi poesía,
es la Gracia Divina
que se derrama
hacia ti y hacia el Mundo.

Pero solamente siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario