"Estoy lleno, absolutamente lleno de fuerza. Nada se desperdicia: arraigado en el planeta, amante de todas sus energías, con ellas avanzo. Cual caballero de fuego, no me muevo de mi sitio. No me deslizo sobre la tierra. Veo desde arriba. Viajo con el tiempo sin salir nunca del instante. Sin pasado, sin futuro, el único tiempo posible: el presente, como una inconmensurable joya. Lo que no está aquí no está en ningún otro sitio.
Soy el origen de todos los guerreros, de los campeones, de los héroes, de toda capacidad de aguante y de toda valentía. Nada me asusta, ningún trabajo. Puedo ir a la guerra o alimentar a todos los habitantes de la tierra. Estoy absolutamente centrado, en medio del universo, atravesado por todas las energías de la materia y del espíritu. Si soy una flecha, hiendo mi propio corazón, y esta profunda herida, esta consciencia, me transforma. Para el que está despierto el sufrimiento se convierte en bendición. Disuelvo los sufrimientos ocultos en mis huesos, uno el estado de vigilia al de sueño.
Atravieso la noche de la duda sobre el abismo de mí mismo. Corto el nudo de los enigmas. Supero la angustia de ser, desprecio las apariencias, libero los sentimientos de la razón, destruyo lo que se opone a mí, soy lo que soy. Quiero vivir tanto tiempo como el universo.
Centro de una esfera creciente, invado la dimensión en que el pensamiento no se manifiesta todavía, donde en la oscuridad se gesta la acción pura. Reduzco a polvo los enjambres de palabras. Ningún espejo me asusta, ni siquiera el alma que se desprende de los muertos como una fruta seca.
He convertido mi infortunio en diamante, cada abismo en una fuente de energía. Todos los soles pueden morir, yo seguiré brillando. La fuerza inconcebible que sostiene al universo me sostiene también. Soy el triunfo de lo existente en la vacuidad. Ni las muertes ni las persecuciones pueden hacer nada para abatirme, no los ciclos de la historia, ni la sucesiva decadencia de las civilizaciones: soy la consciencia y la fuerza vital de la humanidad.
Cuando me encarno en vosotros, los fracasos se convierten en nuevos puntos de partida, y diez mil razones de renunciar no valen nada frente a mi única razón de continuar. Conozco el miedo, conozco la muerte, no me detienen. Sé crear, sé destruir, sé conservar, y todo ello con la misma energía irresistible. Soy la actividad misma del universo.
Avanzo hacia todas las dimensiones del espacio rompiendo los horizontes, hasta llegar al objetivo, que es la máscara del comienzo.
Retrocediendo también, de vacío en vacío, a la derecha, a la izquierda y hacia arriba, apartando galaxias hasta disolverme en la ausencia perturbadora, madre del primer grito que todo lo sostiene.
Soy el triunfo de la unidad en el quiebro del verbo, soy el triunfo del infinito en la cremación de los últimos límites, soy el triunfo de la eternidad; en mi corazón, los dioses se desvanecen."
Soy el origen de todos los guerreros, de los campeones, de los héroes, de toda capacidad de aguante y de toda valentía. Nada me asusta, ningún trabajo. Puedo ir a la guerra o alimentar a todos los habitantes de la tierra. Estoy absolutamente centrado, en medio del universo, atravesado por todas las energías de la materia y del espíritu. Si soy una flecha, hiendo mi propio corazón, y esta profunda herida, esta consciencia, me transforma. Para el que está despierto el sufrimiento se convierte en bendición. Disuelvo los sufrimientos ocultos en mis huesos, uno el estado de vigilia al de sueño.
Atravieso la noche de la duda sobre el abismo de mí mismo. Corto el nudo de los enigmas. Supero la angustia de ser, desprecio las apariencias, libero los sentimientos de la razón, destruyo lo que se opone a mí, soy lo que soy. Quiero vivir tanto tiempo como el universo.
Centro de una esfera creciente, invado la dimensión en que el pensamiento no se manifiesta todavía, donde en la oscuridad se gesta la acción pura. Reduzco a polvo los enjambres de palabras. Ningún espejo me asusta, ni siquiera el alma que se desprende de los muertos como una fruta seca.
He convertido mi infortunio en diamante, cada abismo en una fuente de energía. Todos los soles pueden morir, yo seguiré brillando. La fuerza inconcebible que sostiene al universo me sostiene también. Soy el triunfo de lo existente en la vacuidad. Ni las muertes ni las persecuciones pueden hacer nada para abatirme, no los ciclos de la historia, ni la sucesiva decadencia de las civilizaciones: soy la consciencia y la fuerza vital de la humanidad.
Cuando me encarno en vosotros, los fracasos se convierten en nuevos puntos de partida, y diez mil razones de renunciar no valen nada frente a mi única razón de continuar. Conozco el miedo, conozco la muerte, no me detienen. Sé crear, sé destruir, sé conservar, y todo ello con la misma energía irresistible. Soy la actividad misma del universo.
Avanzo hacia todas las dimensiones del espacio rompiendo los horizontes, hasta llegar al objetivo, que es la máscara del comienzo.
Retrocediendo también, de vacío en vacío, a la derecha, a la izquierda y hacia arriba, apartando galaxias hasta disolverme en la ausencia perturbadora, madre del primer grito que todo lo sostiene.
Soy el triunfo de la unidad en el quiebro del verbo, soy el triunfo del infinito en la cremación de los últimos límites, soy el triunfo de la eternidad; en mi corazón, los dioses se desvanecen."
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